martes, 1 de marzo de 2011

La contratación de mujeres trajo a Tisur una mayor productividad

Gerente general de empresa portuaria dice que también se redujeron las mermas

Por: Iana Málaga
Viernes 24 de Diciembre del 2010

La marginación de la mujer todavía es algo que se da de forma más o menos disimulada en el mercado laboral. Esta situación es mucho más evidente en el interior del país, dado que allí el machismo es más acentuado y se cree que ellas no son capaces de realizar ciertos oficios que se considera reservados para los hombres.

Erick Hein, gerente general de Terminal Internacional del Sur (Tisur), reconoce que hasta hace unos años también se creía que la actividad portuaria era solo para los hombres. El ejecutivo cuenta que en 1999 la empresa inició sus operaciones en el Terminal Portuario de Matarani en la provincia de Islay (Arequipa), donde las mujeres estaban relegadas a labores caseras. “También había muchas desigualdades por prácticas culturales y mitos que afectaban desfavorablemente a las mujeres”, recuerda Hein.

Lo curioso del caso es que en sus primeros años la empresa tuvo bajo rendimiento en términos de productividad y seguridad en las operaciones. Por eso, en el 2001 tentó y contrató a una empresa especializada que empezó a capacitar a mujeres para desempeñarse como tarjadoras. Se trata de una labor que requiere mucha precisión. Los operarios deben inventariar y verificar el estado y las condiciones de recepción y despacho de la mercadería. La empresa creía que para esta labor las mujeres podían ser más responsables y organizadas que los hombres.

No se equivocó. De allí derivó el proyecto Inserción Laboral y Promoción de la Mujer en el Terminal Portuario de Matarani (Tisur), que se empezó en el 2001.

Hein dice que hoy las convocatorias para ocupar los puestos de tarjadoras se realizan por concurso a través de la Municipalidad Distrital de Islay. El requisito mínimo para insertarse en la plana de Tisur es ser natural de la zona y contar con quinto de secundaria.

A la fecha se han graduado cinco promociones de tarjadoras, todas formadas por mujeres de la provincia de Islay. Y hoy también hay otras mujeres que, tras demostrar iniciativa y responsabilidad, se desempeñan en Tisur como jefas de área, supervisoras, personal de balanza y limpieza y operadoras de equipo.

Que las mujeres ejerzan cargos para los que antes se las marginaba no ha sido fácil, pues, al menos en Islay, la mayoría de ellas solo ha recibido educación básica y en pocos casos nivel técnico.

Por eso Tisur busca invertir y aunar esfuerzos para capacitar a las mujeres en diferentes labores que permitan desarrollar una línea de carrera dentro de la empresa o en otros puestos de trabajo.

¿GANARON?
Hein asegura que por el simple hecho de contratar a mujeres como tarjadoras, Tisur aumentó su productividad en 6% desde el 2001. “También se logró reducir las mermas y tener un mejor control de inventarios”, precisa.

Dice Hein que si se compara con el año 2001, los ingresos de la empresa aumentaron en 172%. Por supuesto que este beneficio ha repercutido en mayores utilidades para los accionistas de la compañía.

En el 2009 también se realizó una encuesta según la cual la percepción de los clientes había mejorado 13% respecto al 2007 por las oportunidades que Tisur ofrecía a las mujeres.

Hein cree que esta política tiene un efecto multiplicador en Islay. Asegura que otras empresas de la zona también están integrando a las mujeres en actividades que antes se creía que solo las podían realizar los hombres.

LAS CIFRAS
75
Postulantes a tarjadoras se presentaron en la convocatoria del 2001. Terminaron seleccionadas 20 mujeres.

156
Mujeres han mejorado sus ingresos económicos gracias al proyecto, lo que deriva en una mejor calidad de vida para sus familias.

25%
Aumentó la participación de la mujer en el Terminal Portuario de Matarani.

Fuente: Diario El Comercio, Febrero 2011